Causas y prevención del estrés en el embarazo
El embarazo es un momento de especial vulnerabilidad para la mujer. El cuerpo de la madre pasará por una transformación total, no solo física sino también bioquímica, para poder albergar el crecimiento de un ser humano en su interior.
La responsabilidad que dicho proceso genera en la madre lleva en muchos casos a un estado constante de preocupación respecto al cuidado de lo que come, las horas de sueño, el estado emocional, etc. Si a esto le añadimos un entorno poco ideal, como puede ser un trabajo estresante, una mala relación de pareja o en general cualquier situación de inestabilidad, el resultado más probable será que la madre sufra durante el embarazo estrés.
Algunos estudios estiman que una de cada cuatro mujeres embarazadas padece algún tipo de trastorno emocional, como depresión, ansiedad o estrés.
Estos trastornos son especialmente peligrosos, porque en ocasiones nacen y se desarrollan de una manera muy discreta, en silencio. A veces ni siquiera la madre es consciente del nivel de activación que está generando. Cuando el trastorno se manifiesta o se hace evidente para las personas del entorno, quizá lleve mucho tiempo gestándose.
La experiencia clínica nos muestra que las personas que llevan tiempo padeciendo estrés o ansiedad responden mucho peor en el periodo de recuperación, es decir, tardan mucho más en conseguir que su cuerpo retorne a un estado normal. Esto es así porque la persona ya no siente el estrés de una manera puntual o aguda en respuesta a un evento negativo, sino que ha convertido dicho estado en su patrón normal, en su línea base.
Bioquímica del estrés en el embarazo
Una de las hormonas más relacionadas con el estrés es el cortisol.
El cortisol se genera en el cuerpo con el fin de dar una respuesta rápida. Su acción está encaminada a proveer al cuerpo de energía. El problema es cuando el estrés se mantiene por mucho tiempo porque el cortisol seguirá actuando y comenzará a destruir tejido para mantener un nivel alto de energía.
Durante el embarazo esta situación se vuelve especialmente peligrosa, ya que el cortisol atraviesa la placenta y llega al feto. Diversos estudios han relacionado el estrés durante el embarazo con problemas de neurodesarrollo en los niños, tales como TDA o TDAH.
¿Qué se puede hacer para prevenir o paliar el estrés en el embarazo?
La recomendación más habitual para las madres es la de la relajación, pero no es tan fácil. Es como decir a una persona que tiene depresión que se anime. Simple pero inútil.
Si tenemos en cuenta que durante el embarazo estamos forjando las estructuras cerebrales que nuestro hijo tendrá para el resto de su vida, debemos dar mucha más importancia al estado emocional de la madre.
1. Hacer a todo el entorno responsable de dicha situación y buscar la implicación del padre y familiares. Con esta simple medida, la madre sentirá una co-responsabilidad y esto ayudará a bajar la ansiedad.
2. Tener en cuenta que en muchas ocasiones la madre se ve envuelta en un círculo vicioso de estrés-preocupación-estrés ya que es consciente de su nivel de activación y eso provoca preocupación por su bebe que se convierte en más estrés ante la imposibilidad de normalizar la situación, por lo que se hace necesaria una intervención rápida y eficaz de un profesional.
La intervención más eficaz es el Neurofeedback, ya que es capaz de cambiar el patrón del estrés en unas cuantas sesiones. El efecto del Neurofeedback se traduce en un cambio a largo plazo de la activación reduciendo la producción del cortisol, mejorando el sueño, reduciendo la ansiedad drásticamente y facilitando la atención y concentración. De una manera natural, sin utilizar medicamentos.