El cerebro humano, ese órgano asombroso, se compone de dos hemisferios: el derecho y el izquierdo. Cada uno de estos hemisferios tiene una función específica y controla el lado opuesto del cuerpo. En otras palabras, el hemisferio derecho gobierna el lado izquierdo, mientras que el hemisferio izquierdo controla el lado derecho.
Pero, ¿Qué más hay detrás de esta división cerebral?
El Cuerpo Calloso: El Puente Entre Hemisferios
Ambos hemisferios están interconectados por un fascinante haz de fibras llamado cuerpo calloso. Este puente neural permite la comunicación entre las dos mitades del cerebro. A través del cuerpo calloso, las señales eléctricas y los mensajes viajan de un hemisferio al otro, permitiendo una coordinación fluida y una integración de funciones.
La Dominancia Hemisférica
Hacia los siete años de edad, se produce una dominancia hemisférica en la mayoría de las personas. En la mayoría de los casos, es el hemisferio izquierdo el que toma la delantera. Esto se manifiesta en preferencias cotidianas, como usar la mano derecha para escribir, el pie derecho para subir escaleras, el oído derecho para hablar por teléfono y el ojo derecho para guiar la lectura.
El Trastorno de Lateralidad
Sin embargo, no siempre todo sigue el guion establecido. El trastorno de lateralidad ocurre cuando este proceso de dominancia no se desarrolla correctamente. En lugar de tener una dominancia clara en un solo hemisferio, algunas personas presentan una lateralidad compartida entre ambos. Dependiendo del grado de afectación, esto puede manifestarse como una lateralidad cruzada, diestra o zurda contrariada, o incluso de manera patológica.
Las Señales del Trastorno
Las dificultades asociadas con el trastorno de lateralidad pueden variar. Algunas señales incluyen:
- Problemas en el Aprendizaje Cognitivo: Dificultad para entender matemáticas, falta de fluidez en la lectura y problemas al escribir.
- Coordinación Motora Deficiente: Torpeza y lentitud al coordinar movimientos corporales, especialmente evidente durante actividades físicas como la gimnasia.
- Desafíos Espacio-Temporales: Dificultad para recordar qué es izquierda y derecha, así como confusión en entornos nuevos.
- Incapacidad Cognitiva: Lentitud para procesar preguntas y mantener la atención, lo que puede resultar agotador.
- Estado de Ánimo Afectado: Sentimientos de apatía, depresión y ansiedad debido a las dificultades en la comprensión rápida de situaciones sociales.
¿Qué Causa el Trastorno de Lateralidad?
Existen varios factores que influyen en el establecimiento de la lateralidad. Aunque aún no se comprende completamente, se sabe que la genética, el entorno y el desarrollo neurológico desempeñan un papel crucial.
Una pobre estimulación motora en los primeros meses dificultará la lateralización del cerebro, por ejemplo el uso de andadores, los parques y las sillitas impiden que el niño realice movimientos muy importantes como el arrastre o el gateo, fundamentales para la activación de los patrones contralaterales.
Pacientes con trastorno de lateralidad
El objetivo del tratamiento consiste en la normalización total o parcial de la lateralización, dependiendo de la edad del paciente y la continuidad del tratamiento y mejora del estado de ánimo y calidad de vida de este.
En resumen, la lateralidad cerebral es un fenómeno complejo que va más allá de la preferencia por una mano u otra. Es un reflejo de la intrincada organización de nuestro cerebro y su capacidad para adaptarse y funcionar en armonía.
¿Quieres hablar con un experto? Agenda una cita hoy mismo aquí