En los últimos años, la neurociencia ha avanzado en un punto clave: ya no basta con mirar qué parte del cerebro “falla”, sino también cómo se comunican esas zonas entre sí. En Sábilis utilizamos esta idea para diseñar tratamientos de neuromodulación y neuropsicología mucho más ajustados a cada persona.
La clave está en relacionar las áreas de Brodmann (zonas específicas de la corteza cerebral) con los tractos de sustancia blanca (las autopistas que conectan esas zonas).
Esto nos permite afinar el diagnóstico y aplicar técnicas de intervención que realmente actúan donde el cerebro lo necesita.
¿Qué son las áreas de Brodmann y los tractos de sustancia blanca?
- Áreas de Brodmann: son regiones del cerebro que cumplen funciones muy concretas: atención, lenguaje, memoria, planificación, control de impulsos…
- Tractos de sustancia blanca: son como carreteras neuronales que transmiten información de una zona a otra.
Cuando un mapa cerebral (QEEG) muestra que una de estas áreas funciona de más o de menos, podemos ver qué vías de comunicación están implicadas. Así descubrimos dónde puede estar el “cuello de botella” que provoca los síntomas.
Ejemplo sencillo: problemas de organización y planificación
Imagina a una persona con dificultades para organizarse, planificar tareas o mantener la atención.
En su mapa cerebral aparece una baja conexión entre la zona prefrontal (responsable de la planificación y la toma de decisiones) y la zona parietal (encargada de la percepción y la integración de la información).
Estas dos regiones están unidas por un tracto llamado fascículo longitudinal superior (SLF).
👉 Si este tracto no funciona bien, las órdenes del “cerebro ejecutivo” no llegan con fluidez a las zonas que gestionan la información, y aparecen problemas en cosas tan básicas como:
- Estudiar y concentrarse.
- Organizar la agenda diaria.
- Seguir una lectura larga sin perder el hilo.
- Mantener la calma en situaciones de estrés.
¿Cómo se puede intervenir?
En estos casos, un plan de tratamiento puede incluir:
- Neurofeedback en las zonas fronto-parietales.
- Entrenamiento ILF específico para mejorar el SLF.
- Estimulación tDCS (corriente directa) en la corteza prefrontal.
El objetivo no es “apagar un síntoma”, sino restaurar la red cerebral que lo sostiene.
¿Para quién es útil este enfoque?
- Niños y adultos con TDAH o dificultades de aprendizaje.
- Personas con problemas de autorregulación emocional.
- Pacientes con lesiones cerebrales funcionales.
- Personas con altas capacidades, pero con perfiles cognitivos descompensados.
Conclusión: una neuroterapia de precisión
En Sábilis entendemos el cerebro como una red. Por eso, correlacionar áreas de Brodmann y tractos cerebrales nos permite ir más allá de los síntomas y diseñar tratamientos personalizados que actúan en la raíz del problema.
📩 Si quieres saber más sobre cómo trabajamos o formarte en estas técnicas, ponte en contacto con nosotros. Realizamos programas de intervención y formaciones individuales para profesionales.
Sigue este enlace si quieres saber más
Y si quieres solicitar una primera cita y descubrir cómo podemos ayudarte…